Por María Belén Marón
Luego de la marcha por la desaparición forzada de Santiago Maldonado, las redes sociales estallaron y marcaron tendencia por una pintada en el cabildo que decía: “Macri Hetero”.
El graffitti interpeló a cada ciudadanx, porque claro, si decía “Macri Puto” hubiera pasado desapercibido, ya que puto (o puta) se usa para denigrar, para escupir homofobia y para insultar diariamente.
La maldita heteronorma hizo explotar el cerebro, aquella que mediante diversos mecanismos médicos, artísticos , educativos, religiosos y jurídicos presentan la heterosexualidad como necesaria para el funcionamiento de la sociedad y como el únicos modelo valido de relación sexo-afectiva y de parentesco; es un régimen social, político y económico que invisibiliza y margina.
“Macri hetero” estalló las neuronas de más de unx.